Venezuela desde la academia
Marzo 14, 2014

Los dos siguientes textos son uno de Carmen García Guadilla, venezolana, una de las mas destacadas y prestigiosas investigadoras latinoamericanas de la educación superior, académica de la Universidad Central de Venezuela en el CENDES.

El segundo es de Andrés Yarzábal, docente/investigador de la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela).

Venezuela: “No es Dictadura, no es Democracia, no es Comunismo. Es un Desastre.” (por CGG)

 Esas palabras, aunque las hubiera pensado, no hubiera sido capaz de pronunciarlas. Pero alguien las mostró sin decirlo. Un señor mayor -con lentes, bigotes blancos, una franela amarilla, y un sombrero enorme- llevaba una gran pancarta con ese lema en una de las marchas de la oposición, durante el mes de Marzo del 2014.

De Venezuela es difícil opinar, me dicen algunos amigos de afuera. Sin embargo, los amigos latinoamericanos de izquierda, no tienen problemas en tomar posición: “estoy de acuerdo con el chavismo porque soy de izquierda” y punto. Un amigo brasileño de izquierda me dijo una vez, “estoy con Chávez, pero es verdad que no me gustaría eso para mi país”.

”Izquierda/derecha”, “fascistas/revolucionarios”, “chavistas/opositores”, “oligarcas/pueblo”; “patriotas/traidores”; dicotomías repetidas incansablemente desde hace 15 años, y al final alguien dice, “Venezuela no es ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario”. La división del país que ha rendido tantos beneficios a este gobierno, hizo difícil entender la complejidad.

Pero más lamentable es cuando la izquierda latinoamericana académica asume también esta conceptualización dicotómica y no es capaz de aplicar a la realidad venezolana lo que pregona en las cátedras, apelar a la transdisciplinariedad en la comprensión de los procesos. Como dice uno de nuestros grandes poetas: “el pluralismo vive amenazado por los fanáticos de toda calaña” (R.Cadenas).

Sin embargo, no todos los chavistas son de izquierda, y no todos lo de oposición, por serlo, son de derecha. Entre los chavistas -que se autodefinen como revolucionarios- además de un gran contingente de población objeto de su política redistributiva, y que es la clave de su estrutura clientelar, se encuentran: a) un sector corrupto y oportunista que se ha hecho millonario y que aquí llamamos los “boli-burgueses” (burgueses bolivarianos); b) un grupo de resentidos, viejos marxistas que no entienden que la URSS resultó un fracaso; c) lo que podríamos denominar la izquierda asistencialista, que recibe privilegios que antes no tenía; y d) un sector que honestamente sigue creyendo que es sostenible indefinidamente el modelo económico que el Gobierno administra a su antojo con el ingreso de la renta petrolera.

Por el lado de la oposición, además de una derecha radical  (que ha hecho mucho daño a la oposición democrática), se encuentran también: a) una clase media laboriosa que cree en la meritocracia como una forma legítima de progresar en la sociedad; b) un sector empresarial que entendió la importancia de la responsabilidad social; c) un sector que se ha ubicado históricamente en la izquierda y que incluye: -una parte importante de los sindicatos, las universidades públicas autónomas, gran parte de los artistas, y la mayoría de los investigadores más productivos en todas las ramas del conocimiento. Por otro lado, la Oposición está integrada por una diversidad de partidos políticos, entre ellos algunos de izquierda, así como movimientos sociales, comunitarios, ONGs, Fundaciones, que no son de derecha. También están en la oposición personajes emblemáticos con intachable trayectoria de izquierda y de lucha política por la democracia. Podrían considerarse otras categorías, pero lo que quiero ahora es resaltar la diversidad de lo que desde fuera de Venezuela es visualizado en el reduccionismo de las categorías dicotómicas, enfoques binarios ya superados que desdibujan la particular complejidad de la difícil situación venezolana.

Pero aparte de lo anterior, la izquierda académica latinoamericana nunca ha tenido interés en preguntarse: ¿por qué gran parte de la izquierda académica venezolana tiene serias críticas a este proceso, tal y como se está desarrollando? Pues así como la izquierda académica venezolana  está siendo crítica del pensamiento único chavista, también ha sido muy crítica -y continúa siéndolo- del pensamiento único del neoliberalismo.

Es de interés que la academia latinoamericana aborde la complejidad de la realidad venezolana. Hace falta descongelar la ausencia de comunicación y entendimiento para llegar a una comprensión mas completa de una realidad que está muy lejos de presentarse en blanco y negro.

Contribuir al diálogo desde la academia para aportar conocimientos en aras de crear puentes entre los sectores democráticos del chavismo y la oposición es más urgente que escribir declaraciones que potencian la polarización. En especial, me estoy refiriendo a la Declaración  de un organismo latinoamericano de ciencias sociales. Esa Declaración más que de un organismo de ciencias sociales, parece la declaración de un partido político. Se  toma posición tajante por el gobierno, sin considerar las investigaciones realizadas en Venezuela, incluso por investigadores miembros del propio organismo. Investigaciones que han puesto en evidencia muchas de las debilidades y errores de este gobierno. Pero además, su estilo se asemeja a un partido político poco democrático, pues la solicitud de derecho a replica realizada por un grupo de investigadores latinoamericanos miembros de ese organismono fue puesta en el sitio de internet donde está ubicada la Declaración de la directiva, a pesar que fue solicitado por el grupo que firmó la solicitud de réplica.(http://polisfmires.blogspot.com/2014/02/solicitud-de-derecho-replicas-de.html).

Me pregunto si lo presentado es pertinente en un organismo regional de ciencias sociales que debería ser plural, tal como ha sido el comportamiento histórico de este tipo de organismos en América Latina, respetando con ello las diversas corrientes de pensamiento que en su seno se expresan.

Esas declaraciones, repito, en nada ayudan a avanzar en la comprensión de la complejidad de lo que sucede en Venezuela. Todo lo contrario, potencian la polarización y la imposibilidad de descongelar los pensamientos únicos. Sin darse cuenta, tal y como están las cosas en Venezuela, que los escenarios pueden ser dramáticos, siendo los más extremos: – un gobierno chavista más autoritario conducido a reprimir la mitad del país que no es chavista; – un golpe de Estado; – una guerra civil.

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En Venezuela: “Dicen…”

El siguiente relato, sobre la situación actual de Venezuela, fue escrito por un docente/investigador de la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela). Hijo de exiliados políticos perseguidos en los años 70’ por dos dictaduras del Cono Sur (Uruguay y Chile). El relato se cuenta desde la plataforma del absurdo como una manera de expresar la incomprensión que hay sobre Venezuela, especialmente de sus pares de la izquierda académica latinoamericana.

DICEN… (Marzo 4, 2014)

(por Andrés Yarzábal)

Dicen que los medios de comunicación internacional mienten sobre Venezuela. Que son instrumentos del imperio norteamericano. Que están creando una matriz de opinión internacional para dar una visión tergiversada de la realidad actual de nuestro país. Que lo hacen para justificar el “golpe suave” que está en marcha. O peor aún: para justificar una posible intervención del Imperio.

Dicen que mis vecinos, esos que saludo a diario –profesores, médicos, ingenieros, periodistas, estudiantes, amas de casa o universitarios como yo- son oligarcas apátridas, burgueses pitiyanquis. Dicen que son ellos los guarimberos violentos, los terroristas, los responsables de la actual crisis social y política que vive Venezuela. Dicen que son ellos los causantes del desabastecimiento terrible que sufrimos todos los venezolanos. Unos amargados que no permitieron que el pueblo disfrutara (rumbeara!)  durante las pasadas vacaciones de Carnaval.

Dicen que esos muchachitos de mirada transparente y sincera, esos que veo cada día, los hijos adolescentes de mis amigos, son “paracos” asesinos contratados por Álvaro Uribe para desestabilizar al país y tumbar al Presidente legítimo. Que Leopoldo López y los demás escuálidos esponsables de toda esta tragedia los controlan y les dan las órdenes desde Caracas para mantenerse firmes, al pié de las barricadas que construyen a diario, esas con las que remplazan las que la Guardia Nacional Bolivariana desmonta a sangre y fuego –literalmente- cada noche.

Dicen que los colectivos de motorizados armados no deben ser demonizados, que su motivación principal es el amor y la construcción de la Patria linda, del hombre nuevo. Que las potentes armas que disparan a diario hacia las Residencias donde viven mis compadres –por poner un ejemplo- no existen, que son un invento más de los medios de comunicación controlados por la burguesía internacional. Dicen que el asedio que sufren esos edificios desde hace varias semanas tampoco es cierto, que es un invento de las redes sociales, de Twitter y Facebook.

Dicen –y lo reafirma Ignacio Ramonet (así que DEBE ser verdad!)- que las fotos de heridos y muertos no se corresponden con la verdad, que son montajes de Photoshop en los que la oposición emplea antiguas fotos de activistas revolucionarios heridos por las balas de la extrema derecha.

Dicen que toda esta inmensa cantidad de gente que protesta no merece el mismo trato que les dio Dilma a los brasileños, cuando hace un año incendiaron las principales ciudades de Brasil. No! Que a pesar de que entre quienes protestan se encuentran los sociólogos, historiadores, filósofos y politólogos más prestigiosos del país, los científicos de mayor renombre y proyección internacional, los poetas y novelistas más destacados, todos ellos son unos disociados, infectados (así dicen!) por la propaganda que emana desde la sede de la CIA y la NSA.

Dicen que los ataques a civiles desarmados, esos que cada noche puedo ver desde la ventana de mi apartamento, no son más que mentiras emanadas de laboratorios de guerra mediática. Dicen que, en el peor de los casos, son la consecuencia de ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes.

Dicen que los gritos de angustia de mis vecinos ante el ataque –días atrás- de los “colectivos del amor” no son reales. Que la destrucción de las instalaciones del edificio en el que habito, de los vehículos de mis vecinos, es un invento. Dicen además que la presencia de una banqueta de la Guardia Nacional Bolivariana, esa que pude ver estratégicamente estacionada detrás de los atacantes, es un montaje fotográfico. Dicen incluso –lo afirmó un Ministro!- que ese ataque no existió.

Dicen que la angustia y desesperación de mi esposa, sus gritos de pánico ante la posible invasión de nuestro hogar una tarde de Febrero, es un exabrupto mediático. Que las miradas de terror de mis dos hijos ante el caos reinante esa misma tarde, su llanto al escuchar las detonaciones cercanas, no son más que una fantasía ideada por los fascistas representantes de la IV República, esos que nunca más volverán a  gobernar este país.

Eso dicen…Eso y mucho más…

Y tú, que –al igual que yo- eres latinoamericano, universitario, progresista, antiimperialista, simpatizante de la izquierda ilustrada, les crees. Porque lo dice un gobierno de “izquierda”, un gobierno “socialista”. Les crees…

 Porque es tu deber! 

No es verdad…?”


 

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