Ecos del movimiento estudiantil de 2011
Enero 13, 2012

school.jpg Los ecos del movimiento estudiantil recorren a los medios de comunicación como una larga fila de sillas vacías… A continuación algunos tesimonios de dirigentes estudiantiles y de quienes analizan y opinan sobre el movimiento.
Cambiar para que todo siga igual
por Gabriel Boric, presidente de la Fech, La Tercera, 13 de enero de 2012
EL PROYECTO de Superintendencia de la Educación Superior presentado por el ministro de Educación, Harald Beyer, es totalmente insuficiente y debe ser rechazado por cuanto no termina con el lucro en la educación superior; al contrario, blanquea el negocio de las universidades privadas, haciendo oídos sordos a las demandas de los chilenos y chilenas que pedimos un cambio real en nuestro sistema educativo.
El 7 de agosto del 2011, el recién asumido ministro de Educación, Felipe Bulnes, fue al programa Tolerancia Cero y planteó que se proponía poner fin al lucro en educación superior. Fue sumamente enfático y claro al respecto. Parecía difícil creer que él, como parte del gabinete de un gobierno donde tres ministros activos tienen lazos con universidades que lucran, pudiera emprender semejante tarea.
Tuvieron que pasar cinco meses para que supiéramos que nuestra intuición no fallaba. El proyecto de Superintendencia de Educación Superior, elaborado por el ex ministro Bulnes, y presentado por el actual ministro Beyer, marca un paso más en la senda del gobierno de Sebastián Piñera de cambiar las cosas para que todo siga igual.
El proyecto se propone lo siguiente: que las transacciones entre sociedades relacionadas con los dueños de las universidades se realicen a precio de mercado. ¿Lo logra? No.
La propuesta de Superintendencia de la Educación Superior se limita a exigir que este tipo de intercambios sean aprobados por tres miembros “independientes” del directorio. Basta un simple acuerdo entre los miembros involucrados y los independientes de apoyarse mutuamente para que esta frágil barrera sea burlada. Más aún, habría que precisar que no existe tal cosa como un “mercado de los inmuebles para educación superior” para comprender lo ilusoria de esta restricción.
Pero no es lo más grave. El problema que movilizó a los estudiantes no fue que las transacciones de las universidades privadas se realizaran a precio de mercado. Fue el lucro. Normas como la que prohíbe el lucro en educación superior son normas preventivas. Se trata de situaciones en las que el legislador identifica una fuente de conflicto tan grande para los actores involucrados, que decide establecer una prohibición a todo evento, para evitar las, al parecer, irresistibles tentaciones.
Así lo entendía Andrés Bello, como se desprende de las numerosas normas de este tipo que pueblan nuestro Código Civil; así también lo entendieron, incluso, los militares. Resulta sorprendente que siga sin entenderlo el gobierno de Sebastián Piñera.
El movimiento estudiantil estará disponible para dialogar y llegar a acuerdos siempre que éstos vengan acompañados de una voluntad política real de realizar cambios estructurales en nuestra educación. No lo estará si acaso la disposición del gobierno es efectuar pequeños ajustes que simplemente maquillen la profunda crisis de la educación en nuestro país. Ya basta de atacar los excesos de un sistema de mercado que a todas luces no funciona, llegó la hora de apuntar a transformar su esencia.
Giorgio Jackson: “El movimiento estudiantil logró cambiar el sentido común”
El ex presidente de la FEUC, y uno de los líderes del movimiento estudiantil que marcó 2011, abrió un ciclo de conversaciones que organizó el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Universidad Central. Destacó que el mayor avance del movimiento por la educación fue lograr que “la gente empezara a hablar en otros términos”.
Jueves 12 de enero de 2012| por Patricia Schüller G., La Nación, 13 de enero de 2012
Giorgio Jackson, ex presidente de la FEUC, y Daniela López, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central (FEUCEN), abrieron este jueves los módulos de conversación, sobre tópicos contingentes, organizados por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Universidad Central.
Los debates serán plasmados en una revista que se publicará en marzo próximo bajo el nombre de “Puntos de vista”.
A las 10 de la mañana, en el Auditorio 1 de la universidad, en Avenida Santa Isabel, partió la conversación con escasa audiencia de estudiantes, a la que más tarde fueron sumándose alumnos y algunos académicos. El panel de discusión se prolongó por más de 2 horas.
El ex dirigente de FEUC, y uno de los líderes indiscutibles del conflicto estudiantil, hizo un poco de historia de cómo se gestó el movimiento que se prolongó por 7 meses, considerado uno de los hitos de 2011.
Daniela López partió recordando la lucha que dieron para evitar que la Sociedad de Inversiones Norte Sur adquiriera el 50% del plantel. Con ello se iba a cambiar el giro de la casa de estudios que, de acuerdo a la ley de 1981, se había definido como sin fines de lucro.
EN QUÉ NO SE AVANZÓ
Posteriormente comenzó la ronda de preguntas para los panelistas. “Tras 7 meses de movilización qué se obtuvo y en qué no se avanzó”, disparó el moderador.
Jackson sostuvo que, en lo cualitativo, 2011 “ha sido el año en que más se ha logrado desde hace 20 años”, en materia educacional.
“Se logró mucho en el sentido común, que es fundamental para ir construyendo los cambios más permanentes”, subrayó, “porque la gente empezó hablar en otros términos”.
En lo cuantitativo, “los logros han sido menores”. Puso el acento “en que no estamos ni cerca de las metas que nos propusimos como movimiento”.
INCORPORACIÓN DE UES PRIVADAS
El estudiante de Ingeniería de la UC también se refirió al futuro trabajo de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) que en su 1° asamblea del año trató la integración de las federaciones de universidades privadas a la organización universitaria. Esta materia será analizada en un congreso a realizarse en marzo o abril próximo.
Recordó Jackson que fue “una lucha” abrirse a considerar la llegada de estas federaciones.
“Ganó la posición de los que estaban a favor de promover un debate con todos los universitarios de universidades privadas siempre que tengan requisitos mínimos, lo que me parece obvio. Es necesario que tengan estatutos, sean autonómos de la gestión de la universidad, que sean elegidos democráticamente”, remarcó.
En este congreso (donde se analizará el tema) “ esperamos que se norme el funcionamiento d ela Confederación para que sea cada vez más representativa”, manifestó.
DENUNCIÓ “PRESIONES”
Daniel a López planteó que aunque los estudiantes de la Universidad Central pertenecen a un plantel privado continuarán luchando por la educación. “Somos las más pública de las privadas”, recordó en varias ocasiones.
La dirigente denunció que los alumnos de los centros privados, Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales “sufren mucha presión”, de parte de las autoridades, cuando participan en movilizaciones.
Contó que en la Universidad Central, por ejemplo, “hay 225 estudiantes sumariados y son sumarios políticos”.
En algunas universidades, añadió, incluso “a los alumnos se les hace firmar un anexo (cuando se matriculan) que les prohíbe movilizarse”.
Respecto a cómo proyecta el trabajo de su federación este año, indicó la joven que “se tiene que trabajar para lograr la democratización interna”. Además puso el acento en que tienen la tarea de “lograr la democratización en la Confech”.
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Instituto de Sociología de la U. de Valparaíso
Encuesta: tomas fueron lo peor durante conflicto estudiantil
Según el estudio, las personas rechazan huelgas de hambre y ocupación de edificios. Recibieron nota inferior a cuatro.
HERNÁN CISTERNAS ARELLANO, El Mercurio, 13 de enero de 2012
El Instituto de Sociología de la U. de Valparaíso determinó que las tomas de los establecimientos educacionales, la ocupación de edificios públicos y las huelgas de hambre fueron las acciones peor evaluadas y más reprobadas por la ciudadanía durante el movimiento estudiantil de 2011. Una encuesta aplicada a 312 personas en el Gran Valparaíso las calificó con notas inferiores a cuatro.
En cambio, formas de movilización más ingeniosas -como corridas por la educación, cánticos, pancartas, gigantografías, creación de videos y difusión por internet- lograron calificaciones entre 5,5 y 6,5. Las marchas por las principales calles y los paros quedaron sobre la línea de aprobación al alcanzar nota cuatro en los estratos socioeconómicos altos, 5 en los medios y 5,5 en los bajos.
El académico Antonio Ávila, uno de los responsables del estudio, señala que las manifestaciones que generan rechazo tendrán que ser reevaluadas por los dirigentes. Hizo notar que el movimiento estudiantil obtuvo en general un apoyo positivo del 60%, “sin embargo se produjo un quiebre respecto de las formas de movilización”.
El secretario ejecutivo de la Federación de Estudiantes de la U. de Valparaíso, Tomás Garrido, señaló que la conclusión del estudio es coincidente, en cierto modo, con la apreciación que tienen los dirigentes universitarios. “El año pasado se produjo una fuerte polarización frente a las ocupaciones, a la pérdida de contenidos, de clases y al cierre apresurado de los semestres. Para el 2012 necesitamos hacer una reflexión crítica. Que todos sepan los costos que tiene una ocupación. Tendremos que enfrentarnos a la dureza del Gobierno, pero también debemos ganarnos la simpatía de la ciudadanía. No generar impresiones negativas”.
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Chile 2012: el movimiento estudiantil en la encrucijada
Sergio Grez, columna de opinión, Movimiento Generación 80, enero de 2012
El 2011 chileno se caracterizó por un renacer de las movilizaciones sociales. Un recuento parcial debe considerar entre las más significativas los paros y protestas regionales y comunales de Magallanes, Arica y Calama; las marchas contra el mega proyecto de HidroAysén, las manifestaciones a favor de los derechos de la diversidad sexual; las huelgas de los trabajadores del cobre (de empresas estatales y privadas); los paros de los empleados fiscales; las acciones del pueblo mapuche por la libertad de sus presos políticos, por la recuperación de sus tierras y por la reconquista de otros derechos conculcados; las protestas de los pobladores de Dichato damnificados por el terremoto y maremoto de 2010 y, sobre todo, el gran movimiento por la educación pública encabezado por los estudiantes de todos los niveles de la enseñanza, que durante más de seis meses conmovió al país, concitando interés en el mundo entero.
Este movimiento fue, sin duda, el de más impacto social, político y cultural. Logró muy poco, casi nada en el plano reivindicativo porque el gobierno sólo “concedió” reformas cosméticas al modelo de “educación de mercado” ya que no podía satisfacer el petitorio de los estudiantes y sus aliados, so pena de poner en riesgo todo el modelo neoliberal. Pero fue muy exitoso en términos de instalar en la opinión pública la preocupación por la educación como tema de prioridad nacional, cuestionando características esenciales del modelo imperante como el lucro, la desigualdad y el rol meramente subsidiario del Estado. Los componentes del movimiento por la educación pública, especialmente los estudiantes, contribuyeron de manera notable durante el año 2011 a delo neoliberal impuesto por la dictadura y consolidado por los gobiernos de la Concertación.
Pero su aporte no se limitó al plano de la educación, también significó una crítica implacable -a veces demoledora- de la institucionalidad y de las prácticas políticas imperantes en el Chile postdictatorial. El carácter tutelado, protegido y de baja intensidad de la democracia neoliberal chilena quedó al desnudo en muchas oportunidades. La “clase política” sin distinciones de partidos ni bloques fue sometida a la crítica más incisiva de las últimas décadas y su nivel de desaprobación ciudadana alcanzó porcentajes récords (1).
Con todo, los estudiantes no consiguieron los puntos principales de sus petitorios. La intransigencia del gobierno, que apostó a la represión, la manipulación mediática, las presiones políticas y financieras sobre los establecimientos públicos educacionales, además del cansancio y desgaste natural de estudiantes, profesores y funcionarios de la educación luego de largos meses de paros, tomas, asambleas y manifestaciones, puso término a este primer período de movilizaciones con resultados ambiguos y sentimientos encontrados de sus protagonistas.
El “empate” con el gobierno era predecible desde el momento en que fue evidente que otros actores sociales no reforzarían al movimiento por la educación pública y que éste, a pesar de las amplias simpatías que concitaba en la ciudadanía, no se traduciría en movilizaciones masivas de trabajadores ni menos en paros productivos. El fracaso del pseudo paro decretado por la cúpula de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) a fines de agosto fue un indicio claro de que los estudiantes no lograrían sumar refuerzos frescos en esa etapa. La ruptura de conversaciones entre los dirigentes estudiantiles y el gobierno ocurrida algunas semanas más tarde y el descenso escalonado de participantes en las manifestaciones luego del receso de las Fiestas Patrias, fue el anuncio del reflujo que se instaló a partir de octubre.
El repliegue: un respiro para agrupar fuerzas
Venciendo las resistencias de sus sectores maximalistas que proponían una política de “todo o nada” y de inmolación ante la intransigencia gubernamental, el movimiento estudiantil universitario inició en noviembre un repliegue que significó el término de los paros y tomas a fin de salvar el año académico, evitar el colapso de sus universidades, mantener becas y otros beneficios que estaban siendo amenazados por las medidas del Ejecutivo. En diciembre, varios colegios “emblemáticos” optaron por una línea similar que implica un respiro, la recomposición de fuerzas y la preparación para un nuevo ciclo de movilizaciones durante el año 2012.
Estas decisiones no fueron fáciles ni unánimes. Serias divisiones afloraron entre los estudiantes, entre estos y los profesores y al interior de las comunidades y estamentos involucrados. Sin embargo, los estudiantes universitarios mostraron mucha madurez en la resolución de sus conflictos internos, procediendo a renovar las directivas de sus principales federaciones en un clima de competencia regulada entre distintas corrientes políticas, de acuerdo a normas y procedimientos incuestionablemente democráticos. La decisión de continuar las movilizaciones de manera unitaria ha sido proclamada por los líderes de todos los sectores representados en las organizaciones del estudiantado universitario, independientemente de sus diferencias. El panorama es más complejo entre los secundarios ya que a las discrepancias entre sus propios referentes (como la ACES y la CONES) se ha sumado la sensación de haber sido “abandonados” por los universitarios. Y hasta comienzos del verano 2011-2012 persiste la ocupación de algunas decenas de colegios por alumnos que no tienen más perspectiva que continuar su acción “hasta las últimas consecuencias” (léase el desalojo policial).
Problemas y desafíos
Para pasar a una nueva fase de la lucha contra la educación de mercado el movimiento estudiantil necesita resolver varios problemas fundamentales.
En primer lugar, debe dotarse de un petitorio unificado que garantice la unidad de todos sus componentes, base para un proyecto educacional alternativo al actual modelo y a las reformas superficiales propuestas por el duopolio hegemónico del poder político (Coalición y Concertación).
Al mismo tiempo debe superar los peligros que lo acechan desde su derecha y desde su “izquierda”. El movimiento estudiantil debe preservar su independencia frente a los cantos de sirena que la Concertación redoblará en un año de elecciones para intentar ponerlo a su remolque y captar el capital político conquistado durante las movilizaciones (2). Sin aislarse ni pretender una quimérica construcción de “poder” de espaldas a la política real, los estudiantes deberían ser capaces de dotarse de sus propias formas de representación política que, en conjunto con otros movimientos sociales, les permitan proyectarse sobre el escenario nacional, sin descartar alianzas con referentes políticos contestatarios del actual modelo de economía y sociedad imperante en Chile. La convocatoria a una Asamblea Constituyente para proceder de manera democrática -por primera vez en la historia nacional- a la refundación de las bases de la institucionalidad, proporciona un horizonte político común para unir fuerzas y movimientos (3). Las condiciones están dadas para trabajar seriamente en esa perspectiva (4).
Pero los estudiantes también deberán hacer un serio esfuerzo por criticar, aislar y neutralizar políticamente a aquellas tendencias que surgen como excrecencias “maximalistas” en su propio seno. Los cultores de la violencia ciega, sin más sentido que el desfogue como reacción a su propia impotencia para formular propuestas y dar direccionalidad política, deben ser objeto de una severa crítica. La pirotecnia “revolucionaria” de pequeños grupos incapaces de asegurar conducción al movimiento y de ganar legítimamente representación en sus organizaciones naturales, sustituyendo la acción colectiva por los actos “heroicos” de minorías iluminadas, tiene que ser condenada por su colusión objetiva con las políticas del poder. Igualmente es necesario que el movimiento estudiantil supere aquellas visiones del “todo o nada”, incapaces de distinguir etapas en el desarrollo de un movimiento y objetivos de corto, mediano y largo plazo.
Sin atribuirse roles mesiánicos, el movimiento estudiantil puede desarrollar acciones pedagógicas de politización hacia el resto de la sociedad chilena. En buena medida ya lo hizo durante las grandes movilizaciones del año pasado. De allí la toma de conciencia ciudadana acerca de la necesidad de cambiar el injusto y catastrófico sistema educacional imperante en el país. En la nueva fase que se avecina, los estudiantes junto a los profesores y trabajadores de la educación deberían profundizar la crítica al modelo, proponer soluciones alternativas y establecer de manera muy didáctica el vínculo entre los males de la educación, el modelo económico neoliberal en su totalidad y la democracia tutelada y de baja intensidad que padece la mayoría de la población.
En este vínculo reside, precisamente, la posibilidad de tender lazos solidarios entre distintos movimientos sociales en base a plataformas convergentes en su oposición al neoliberalismo y en torno a la reivindicación de una democracia plena y sin cortapisas autoritarias. Sólo la conformación de un amplio frente de sectores sociales y políticos opuestos al modelo neoliberal y partidarios de una efectiva democracia política y social, puede aportar las fuerzas adicionales que permitan derrotar al sistema de educación de mercado, ganando también la batalla global contra el neoliberalismo.
Asumir estas tareas implica superar ciertas concepciones que de manera dispersa pero persistente se han difundido en el último tiempo. Las principales y más perniciosas de estas ideas podrían sintetizarse en las siguientes proposiciones: “Vivimos un período pre revolucionario, por ende nuestra política debe ser maximalista e intransigente. Los movimientos sociales no deben participar en el juego político institucional, tienen que construir su propio espacio de poder lejos del Estado, en lo posible ignorándolo, para concentrarse en potenciar su identidad y memoria y en el desarrollo de recursos propios. Los movimientos sociales populares (en este caso el estudiantil) sólo deben deliberar (permanentemente), concordar, imponer y no transar. Los partidos políticos no son necesarios -ni ahora ni más tarde- desde el momento en que las ‘bases ciudadanas’ ejercen su soberanía”.
Sería absurdo negar que ante el descrédito de la política “oficial” representada por los partidos insertos en el juego parlamentario de la actual democracia neoliberal, este tipo de entelequias ha encontrado cierto eco en sectores estudiantiles. No obstante su seductora retórica anti-sistema, este discurso oculta debilidades e incongruencias que es preciso develar para evitar el desarme ideológico y político de los movimientos sociales contestatarios, entre ellos el estudiantil. El enclaustramiento en quiméricos “falansterios”, cultivando una inmanente“memoria popular”, tejiendo paciente mente la tela de su micro “poder” de espalda a las mediaciones y conflictos de la política realmente existente, ignorando al Estado y las correlaciones de fuerza entre los actores sociales y políticos, es un espejismo que sólo puede sembrar derrotas y generar impotencia entre sus seguidores. Su único horizonte es la esterilidad política y el cultivo de una eterna rebeldía que no puede transformarse en poder efectivo. Para evitar ese callejón sin salida, conservando su autonomía, los movimientos sociales pueden y deben abrirse al juego de la política, procurando generar sus propios instrumentos políticos so pena de verse obligados a retirarse a las áridas tierras de la Utopía fundamentalista o a delegar en otros la representación de sus intereses.
Es altamente probable que durante el presente año las movilizaciones por la educación pública asuman formas distintas que en el 2011. Sacando lecciones de la experiencia acumulada, varios líderes estudiantiles han estimado que la estrategia basada en prolongados paros, tomas de establecimientos educacionales y marchas, si bien dio sus frutos, tuvo sus límites y no necesariamente constituirá la mejor línea de acción en los próximos meses. Aunque las marchas y manifestaciones públicas pueden seguir siendo efectivas medidas de presión, los paros de largos meses (acompañados o no de ocupaciones de establecimientos) terminaron por ser inocuos ante la decisión del gobierno de dejar que los colegios muni cipalizados y las universidades estatales se “pudrieran” como resultado de tales acciones. Peor aún, al cabo de varios meses, las tomas y paros, que habían servido para llamar la atención de la opinión pública, comenzaron a convertirse en elementos funcionales a la política gubernamental de erosión de las instituciones públicas de educación. Las tácticas corresponden a determinados momentos de la lucha, no pueden ser fetiches a los que hay que aferrarse a toda costa. El movimiento estudiantil deberá, pues, inventar otras formas de presión. Creatividad tiene de sobra.
1. Un breve análisis sobre estos temas en Sergio Grez Toso, “Un nuevo amanecer de los movimientos sociales en Chile”, en The Clinic, Nº409, Santiago, 1 de septiembre de 2011.
2. Una buena señal en este sentido la ha dado el nuevo Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), quien ha asegurado que el movimiento estudiantil no será el “comando juvenil” de la probable candidatura de Bachelet a la Presidencia de la República.
3. Una revisión histórica a los procesos constituyentes en Sergio Grez Toso, “La ausencia de un poder constituyente democrático en la historia de Chile”, en Varios autores, Asamblea Constituyente. Nueva Constitución, Santiago, Editorial Aún Creemos en los Sueños, 2009, págs. 35-58.
4. Definida acertadamente por Jaime Massardo como la “de un nuevo Chile”, “una Segunda República donde todos podamos vivir en condiciones mejores, forjando un futuro construido por todos”. Jaime Massardo, “Lecciones del movimiento estudiantil. Nace una nueva forma de hacer política”, en Le Monde Diplomatique, edición chilena, N° 121, Santiago, agosto de 2011, pág. 11.
Sergio Grez Toso
Historiador, académico de la Universidad de Chile.
[email protected]
Publicado en LE MONDE diplomatique enero-febrero 2012
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[Chile] 2012: El año de las grandes Oportunidades y Definiciones…
Autor: Níkolas Stolpkin
Fecha de publicación: 11/01/12, aporrea.org
Definitivamente este año que comienza será un año de grandes oportunidades y definiciones, tanto para el Movimiento Estudiantil como para la clase política dominante.
Las elecciones Municipales que se avecinan obligan tanto al Movimiento Estudiantil como a la clase política en su conjunto, a tratar de generar acciones en búsqueda de respuestas favorables para los propios protagonistas.
El nuevo liderazgo estudiantil que está por emerger, clarecerá en la lucha cada uno de los roles que se tendrá a la cabeza del Movimiento Estudiantil. Y si ha de regresar para golpear con más fuerza donde mismo les ha dolido a la actual administración, más posibilidades habrán para poder ver caer al gran “Goliat”.
Hoy no podemos confiar ciegamente en un supuesto liderazgo que sólo ha sido, desde el primer momento, creado y alimentado por los Grandes Medios de “Comunicación” al dar como claro líder a Gabriel Boric sin aún dar exámenes de lucha frente al Movimiento Estudiantil ni aún validarse como líder frente a la dirigencia de la CONFECH.
El liderazgo estudiantil no se adquiere de forma “dinástica”. Una cosa es ganar las elecciones de una federación universitaria (FECH) y otra muy distinta es ganar la confianza y el respeto de la dirigencia dentro de la CONFECH, que al final son los que dirigen el Movimiento Estudiantil en conjunto con la dirigencia del CONES y ACES.
Por otro lado, a medida que avance el año veremos a una Oposición endurecer sus posturas ante el Oficialismo, en búsqueda de querer volver a recuperar unos espacios que hoy están en manos del Oficialismo. Al mismo tiempo buscará las formas de coquetear con el Movimiento Estudiantil y, llegado el caso, con el Movimiento Social que pueda emerger.
Debemos recordar que este es el año (de Elecciones Municipales) en el que supuestamente se comenzará a aplicar la nueva normativa de “voto voluntario e inscripción automática”, aumentando así el padrón de votantes de 8 millones 253 mil votantes a 12 millones 500 mil votantes aproximadamente -eso sin hacer reforma electoral, y dejando tal cual está el polémico “Sistema Binominal” que sólo ha venido beneficiando a las coaliciones de la Concertación y la Alianza o Coalición por el Cambio, aprisionando así las pocas opciones de los votantes.
Frente al presente “Sistema Binominal”, donde no existen reales alternativas y donde no vemos más que la misma casta política repetirse de plato ¿habrá de llegar algún momento en el que comience a primar la asfixia? Pues ese momento ha llegado; ahora los ciudadanos están más concientes de las dos caras de la misma moneda. Ahora no hace falta estar gobernados por un “diablo” que siempre nos abstuvimos de conocer, y menos dejarlos 20 años gobernar si ya empezamos a ver hacia donde va la cosa. ¿“Más vale diablo conocido que diablo por conocer”?
Dicho escenario, sin aún poder emerger y consolidarse una alternativa política contraria a la tradicional, -para las Elecciones Presidenciales del 2013- solo podría significar o augurar un posible triunfo del “mal menor” y recaer en la posible candidatura de la ex presidenta Michelle Bachelet.
A estas alturas difícilmente la Derecha política podría retomar lo que, de hecho, ya perdió: la OPORTUNIDAD de hacer verdaderos cambios y asegurar una próxima administración presidencial. Ahora lo que le queda no es más que servir de gran muro de contención para seguir salvaguardando los grandes intereses económicos y aplicar la estrategia del “regalo” para mantener contentos a algunos y así evitar que les vayan a revolver gravemente el “gallinero”.
La lectura que podemos ver es que el círculo del Gran Empresariado prefiere una administración que sepa mantener a raya la efervescencia social en su conjunto, algo que la presente administración no ha sabido responder adecuadamente, al contrario la ha alimentado gratuitamente.
El Movimiento Estudiantil necesita entrar a la cancha desde el primer momento, ya que el Oficialismo lo ha de hacer, por su parte, apostando a ganador. Entrar tímidamente o prácticamente no entrar desde el principio del partido podría generar problemas en el buen desempeño del equipo estudiantil, ya que el ritmo del gobierno desde el principio tratará de meter goles sin la presencia del equipo estudiantil en terreno. Es lo que ya estamos viendo con el asunto de los incendios forestales y su intento de “justificar ante la opinión publica, la aplicación de la Ley Antiterrorista a las comunidades mapuche en conflicto”, como bien lo ha declarado la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM); o… ¿acaso sería un intento del Gobierno para impulsar aplicación de “Ley Hinzpeter”?
El Gobierno ha empezado el año utilizando la carta del “cuco”, periódico, del MAPUCHE, para de alguna forma poder así mover las LEYES (de la misma forma como cuando presentan la carta del “cuco”, constante, de la DELINCUENCIA) e ir preparando el terreno para las luchas sociales que se avecinan, como también lo hará cuando irrumpa el movimiento estudiantil y le de por sacar la carta del “cuco”, periódico, del ENCAPUCHADO; o llegado su momento decidan meter el “cuco”, periódico, de la CRISIS económica o financiera para así justificar medidas IMPOPULARES.
Meterse tardíamente al partido podría traer algunas sorpresas desagradables para el Movimiento Estudiantil y se podrían encontrar de entrada con un marcador muy desfavorable. Lo lógico sería que el Movimiento Estudiantil entre al inicio del partido y comience a calentar el cuerpo de forma tal que estén en forma para llevar el ritmo del partido.
El Movimiento Estudiantil debe entender que el Gobierno va a entrar con un equipo muy ofensivo y que frente a ello deberá fortalecer su estrategia defensiva.
La designación de Harald Beyer como ministro de Educación debe dilucidar en parte hacia dónde el gobierno piensa llevar la problemática estudiantil. Cuando el desempeño político es sustituido por el desempeño tecnocrático poco o nada se podría esperar del segundo más que arreciar las políticas impopulares del Gobierno.
Frente a un equipo poderoso no puede haber estrategias defensivas menores ni ataques sin respiro que contribuyan a golpear y desgastar respectivamente al Movimiento Estudiantil. Debe haber la suficiente inteligencia como para saber golpear y poder replegarse si las circunstancias lo ameritan. Aquí de nada sirve tener un público EXPECTADOR, mayoritario, a nuestro favor sin ningún protagonismo de lucha más que para dar ánimos en la cancha (encuestas favorables).
Lo claro es que el Movimiento Estudiantil deberá poner “toda la carne a la parrilla” un poco antes de que se inicien las Elecciones Municipales para así poder ejercer suficiente presión y tener más oportunidades de meter gol.
¿Estaremos frente al nacimiento de una generación más conciente políticamente y que pueda impulsar al nacimiento de nuevas fuerzas políticas desmarcadas de las tradicionales? ¿Estaremos ad portas de una efervescencia social parecida a la ocurrida en Argentina con el “corralito” del 2001 junto al famoso lema popular “QUE SE VAYAN TODOS”? ¿Presenciaremos el presente año el nacimiento de un Movimiento Social y POLÍTICO que tome forma y adquiera brújula de lucha? ¿Las organizaciones POLÍTICO-REVOLUCIONARIAS estarán concientes de las OPORTUNIDADES que existirán para el trabajo POLÍTICO de MASAS?
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