PSU – 2012
Enero 4, 2012

Mi opinión sobre el debate PSU-2012 más, a continuación, otras opiniones seleccionadas aparecidas hoy en la prensa
J. J. Brunner: “La cuna sigue siendo determinante”
La Segunda, 4 de enero 2012
La PSU se llevó a cabo con completa normalidad: la tasa de ausentismo fue similar a la del año pasado; los resultados no deparan sorpresas; en general las tendencias se mantienen inalteradas; la cuna (esto es, el nivel de ingreso y escolarización de los padres) sigue siendo determinante; la brecha socioeconómica (bien medida) no varía, y los denominados “puntajes nacionales” reciben los elogios y fotos de rigor. Parafraseando al Eclesiastés podemos decir: Una generación se va y la otra viene, y la PSU siempre permanece…
Tanta estabilidad y falta de novedad contrasta con el ruido ambiente y la agitación provoca este examen. ¿Cómo explicarlo?
Sucede que confundimos las limitadas capacidades y potencialidades del instrumento de medición –la PSU– con las políticas de admisión a la educación superior, más variadas y complejas que aquel. El instrumento tiene un fin preciso: ordenar, jerarquizar y seleccionar personas en función de la oferta de vacantes y la preferencia con que ellas se demandan. El instrumento ordena el tráfico en un espacio organizado por escalas de prestigio y de aranceles. En cambio, las políticas de admisión reflejan la posición de las instituciones dentro de ese espacio y la función que cumplen en la distribución de bienes apreciados: acceso a las elites, credenciales con valor económico en el mercado de ocupaciones, reputación y status, capital humano y social, etc.
El instrumento puede ser mejorado y ya hay señales de ello: más universidades lo emplean, legitimándolo; evaluación internacional en curso; derecho a usar los puntajes en dos procesos consecutivos, y compromiso del CRUCH de incluir la posición de ranking de los alumnos, aminorar la discriminación contra los egresados de la enseñanza media técnica-profesional e incluir un ensayo escrito en la prueba de lenguaje.
Sin embargo falta conocer lo más importante: cómo cada institución pretende diversificar y mejorar sus propios procesos de admisión y qué criterios empleará el gobierno para distribuir en el futuro las ayudas estudiantiles (becas y créditos) para aumentar la equidad del acceso a la educación superior. Es en estos frentes donde debería centrarse el debate y no en el rito anual de exaltar –para aclamar o denigrar– el instrumento PSU.
José Joaquín Brunner
Académico UDP

Ministro de Educación tras resultados de la PSU: “Las brechas a nivel socioeconómico siguen siendo altas”
Harald Beyer aseguró que “tenemos alguna evidencia de que los paros y las tomas tuvieron algún impacto” en la baja de los puntajes de la Prueba de Selección Universitaria.
04/01/2012 – 11:14
La Tercera, 4 de enero de 2012
El ministro de Educación, Harald Beyer, dijo este miércoles tras conocerse los resultados de la PSU que “en general el panorama es de estabilidad. Y eso es preocupante, porque las brechas a nivel socioeconómico siguen siendo altas, las brechas entre establecimientos particulares pagados y establecimientos municipales sigue siendo altas, y por lo tanto -desde el punto de vista del acceso a las universidades y carreras más selectivas- sigue siendo poco poroso el sistema y eso requiere mucho más esfuerzo de lo que se ha hecho hasta ahora para poder nivelar la cancha”, sentenció en conversación con radio Duna.
Asimismo, aclaró que “hay que recordar que ha habido cambios en la composición socioeconómica de los estudiantes, hoy día son un poco más vulnerable los estudiantes de establecimiento municipales de lo que eran hace algunos años”.
Respecto a las movilizaciones protagonizadas por los estudiantes que ya suman más de siete meses, Beyer manifestó que “tenemos alguna evidencia de que los paros y las tomas tuvieron algún impacto, hay establecimientos emblemáticos que bajaron sus puntajes que estuvieron en paro”.
“Nosotros como gobierno hemos planteado los estudiantes tienen demandas que de alguna forma tienen que canalizar, las movilizaciones son un instrumento legítimo, lo que no nos parece legítimo son las tomas y los paros”, agregó, ya que ello “atenta contra el objetivo fundamental del proceso educativo, que es que los estudiantes aprendan y se vayan desarrollando como personas”.
En cuanto a las próximas que el Mineduc deberá emprender próximamente, Beyer adelantó que “yo tengo que presentar antes del 1 de marzo un proyecto de carrera profesional docente que a nosotros nos parece que es muy importante. Ese proyecto lo estamos desarrollando con mucha fuerza, tenemos muy buenas ideas y esperamos generar un diálogo en torno al mismo una vez que ingrese al parlamento”.
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¿Equidad en las pruebas o en la admisión?
Jorge Manzi, Director Mide UC, El Mercurio, Opinión, Miércoles 04 de Enero de 2012
En medio de la preocupación por las inequidades educacionales, el debate que rodea a la PSU se ha enfocado en el problema de la equidad en el acceso a las universidades. Hay un amplio consenso en que Chile debe avanzar hacia una composición social más justa y diversa de quienes ingresan a la educación superior.
¿Pueden las pruebas de admisión resolver la equidad? En el debate público muchos argumentan que la raíz del problema y de la solución está en las pruebas. Sin embargo, un rápido análisis de la evidencia nos muestra que ello no es así. La PSU, como todas las otras pruebas educacionales que se aplican en Chile, nos muestra que el rendimiento está estrechamente correlacionado con el origen socioeconómico de los estudiantes. Más aun, Chile es uno de los países con mayor desigualdad económica a nivel mundial.
Si no logramos un avance sustantivo en la equidad de las oportunidades de aprendizaje en las escuelas, la PSU, como cualquier otra prueba (incluyendo la antigua PAA), inevitablemente mostrará grandes brechas de rendimiento entre jóvenes de colegios privados y municipales. Nada se resuelve cambiando esta prueba si queremos avanzar rápido en equidad y, peor aun, centrar el debate en las pruebas sólo posterga las soluciones más directas y efectivas.
Si no le podemos exigir equidad a las pruebas, sí se la podemos pedir al sistema de admisión. Para ello debemos introducirle criterios que expresen nuestras aspiraciones nacionales en materia de equidad: desde cuotas u otras formas de discriminación positiva, hasta indicadores que no estén correlacionados con el origen social de los postulantes, como el ranking de notas en el colegio de origen.
Un ejemplo de los avances en esta dirección es la beca de excelencia académica, que beneficia a jóvenes de buen rendimiento en la enseñanza media, cuyo puntaje de postulación está bajo el punto de corte de la carrera a la que postulan en las universidades tradicionales. En promedio, estos jóvenes obtienen notas universitarias superiores a las de quienes ingresan por la vía regular, con puntajes algo mejores. Varias universidades han iniciado medidas tendientes a aumentar la diversidad social de su alumnado, empleando criterios equivalentes a los de esta beca, pero su experiencia también indica que no basta con garantizar cupos y otorgar becas para apoyar el financiamiento de los estudios: es necesario introducir medidas para compensar sus diferencias de preparación académica, como los programas propedéuticos.
En suma, todo indica que llegó el momento de efectuar una revisión del sistema de admisión, introduciendo nuevos criterios, así como condiciones económicas y académicas, que aumenten y hagan sustentable una mayor diversidad social en las universidades.
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La injusticia de la PSU
Ernesto Treviño, Centro de Políticas Comparadas de Educación, UDP, El Mercurio, Opinión, Miércoles 04 de Enero de 2012
La PSU se ha convertido en un chivo expiatorio de moda, la culpable de muchos males de la educación chilena. Sin embargo, vale la pena preguntarse si es verdaderamente injusta y, como todo fenómeno complejo, la respuesta tiene varias aristas. Para considerar justa a la PSU como instrumento único de selección universitaria se deberían cumplir, al menos, las siguientes condiciones.
Si Chile fuera socioeconómicamente equitativo y los resultados académicos de los estudiantes no se relacionaran con su origen, seguramente consideraríamos que la PSU es justa. Pensaríamos que es una buena medida del mérito académico: se supondría que los estudiantes han tenido oportunidades similares y los resultados en la prueba son fruto del esfuerzo de cada uno.
Si la PSU fuera el mejor mecanismo para predecir el desempeño de los estudiantes en la universidad, entonces estaríamos de acuerdo en que se trata de un instrumento que les permite ingresar a la educación superior a quienes tienen mayor potencial.
Si la PSU midiera adecuadamente los rasgos de los alumnos que se propone estimar, la mayoría estaría de acuerdo en que se trata de un baremo justo para dirimir quiénes acceden a la educación superior.
Sabemos que nuestro país es altamente desigual. También se puede afirmar que la PSU no necesariamente es la mejor herramienta para predecir el desempeño. Por último, existe evidencia contundente de que mide los contenidos curriculares de la educación media y está técnicamente bien construida (aunque los estudios indican que la memorización de contenidos es insuficiente para garantizar buenos resultados universitarios).
Con todo ese cúmulo de conocimientos, insistimos como sociedad en mantener un sistema de admisión y de financiamiento a la educación superior cuyas decisiones más importantes se toman sobre la base del puntaje de los estudiantes en la PSU.
La PSU no es injusta en sí, sino que las injusticias se generan por las decisiones que se toman usando como base los resultados de la prueba sin considerar las inequidades del sistema escolar y la capacidad de predecir del instrumento. Por ello es muy curioso que pensemos que el problema de la desigualdad de acceso se puede resolver mediante una auditoría a la PSU, que nos va a decir que la prueba es técnicamente adecuada.
Las disparidades en la PSU se tejen desde la cuna y, lamentablemente, la escuela refuerza las desigualdades separando a los niños por su origen y dando menos a quienes más lo necesitan. Ya cambiamos la PAA por la PSU haciendo promesas infundadas. No cometamos el mismo error y corrijamos las causas del problema, no el instrumento que indica los síntomas.
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Consejo de Rectores anuncia nuevas modificaciones a la PSU
El cambio más importante sería la incorporación del ranking o lugar que ocupan los alumnos al interior de sus colegios como uno de los factores a considerar en el próximo proceso de admisión.
por: Por Natacha Ramírez, Emol, La Segunda, 4 enero de 2012
SANTIAGO.- Junto con analizar los resultados de la PSU 2011, que se conocieron anoche, el Consejo de Rectores (CRUCh) anunció que espera introducir nuevas modificaciones para el proceso de selección universitaria.
El cambio más importante sería la incorporación del ranking, o lugar que ocupan los alumnos al interior de sus respectivos colegios, como uno de los factores a considerar en el próximo proceso de admisión.
El vicepresidente ejecutivo del CRUCh, Juan Manuel Zolezzi, señaló que el tema “ya ha sido estudiado y analizado por el consejo y es probable que avancemos concretamente en tener el ranking el próximo año como uno de los elementos a considerar en las ponderaciones”.
El académico explicó que la incorporación de ranking no se realizará a través de la PSU, sino mediante el proceso de admisión de cada universidad, las que en un principio tendrán libertad para decidir qué ponderación le otorgarán a ese ítem para postular a una determinada carrera.
“En una primera aproximación probablemente la ponderación del ranking va a ser de plena libertad de las universidades y de las carreras, habrá universidades que querrán darle mucha más importancia al tema y podrán darle un porcentaje más alto en determinadas carreras o bien una ponderación general”, indicó.
También fundamentó la decisión de incorporar el ranking en el proceso de selección, señalando que “se ha corroborado que éste tiene una respuesta bastante positiva desde el punto de vista de la predicción del futuro desempeño” del estudiante.
Otra modificación inmediata que están analizando lo rectores se relaciona con los estudiantes que provienen de colegios técnicos. Según explicó Zolezzi, estos alumnos se encuentran en desventaja a la hora de rendir el test de Ciencias, ya que el contenido de esta materia cambia sustancialmente en Tercero y Cuarto Medio respecto de los colegios científico-humanistas.
“Nosotros pensamos que allí hay una inequidad que tenemos que enfrentar y ya se ha estado trabajando en mecanismos y esperamos dentro del año avanzar para tener una buena noticia para los estudiantes de la enseñanza técnico profesional”, indicó el rector.
Entre las alternativas que se barajan para solucionar este tema se encuentra que en el caso de los alumnos que provengan de la enseñanza técnico profesional los contenidos de Tercero y Cuarto Medio sean sustituidos por preguntas, del mismo grado de dificultad, pero correspondientes a Primero y Segundo Medio.
El académico indicó que más adelante se irán agregando otras modificaciones a la PSU y al proceso de admisión, que ya están siendo analizadas por el CRUCh, como la posibilidad de incluir la elaboración de un ensayo en el test de Lenguaje.
A esto se suma la evaluación internacional a la que se someterá la prueba en los próximos meses, que también podría arrojar sugerencias para realizar nuevas modificaciones. “Una preocupación del Consejo de Rectores es seguir considerando el perfeccionamiento de los instrumentos”, afirmó el vicepresidente del CRUCh.
Se mantiene brecha entre colegios pagados y municipales
En el análisis realizado por el Comité Técnico Asesor de la PSU se constató además que este año se mantiene la diferencia entre los resultados de los colegios pagados y los municipales.
De acuerdo a los datos, en el teste de Lenguaje la brecha aumenta de 132 puntos PSU en 2011 a 136 en 2012. Mientras que en Matemáticas prácticamente se mantiene, de 145 puntos en 2011 a 144 este año.
De todas formas, los expertos explicaron que esta diferencia no está determinada sólo por el tipo de establecimiento educacional, sino que está fuertemente influida por la variable socioeconómica. Esto queda demostrado en que, al controlar esta última variable, la brecha se ve reducida a cerca de 50 puntos.
Zolezzi destacó que a pesar de las complejidades que se vivieron este año, la PSU se desarrolló con total normalidad y que los resultados dan cuenta de que se mantienen las tendencias de a los años anteriores.
“Hemos tenido un proceso absolutamente normal, a pesar de que había muchas condiciones para que no lo fuera. Los resultados muestran tendencias similares a los años anteriores y no hay una indicación clara de que hay una situación especial y perjudicial”, afirmó.

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