Anticipos sobre la PSU
Enero 3, 2012

psu.jpg (Foto de edreams.cl) Revisión de la PSU
Cartas, El Mercurio, Martes 03 de Enero de 2012
Señor Director:
El Gobierno ha anunciado recientemente la contratación de una auditoría internacional para la PSU. Los propósitos de esa auditoría según el ministerio serían dos: medir las aptitudes y los conocimientos de los jóvenes con el propósito de garantizarles una trayectoria exitosa en la educación superior, y lograr que esa medición no tenga sesgos.
Tenemos sin duda que gratificarnos de que por fin un gobierno se haga cargo de las numerosas investigaciones y opiniones expertas respecto de los sesgos de la PSU y se proponga auditarla. Ello puede deberse a que el Estado finalmente ha tomado conciencia de que no puede continuar usando esa prueba como fundamento de sus políticas públicas de asignación de recursos, puesto que los resultados de hacerlo son regresivos. Sin embargo, ha de llamarnos la atención que deba ser el Estado el que proponga revisarla y no las propias universidades que la utilizan como instrumento de selección.
La PSU, y en sus últimos años la PAA que ésta reemplazó, han sido el placebo de universidades y autoridades para evitar enfrentar los problemas de fondo: la carente y disímil calidad de la educación primaria y secundaria que recibe la mayoría de la población.
Sin embargo, la mayor gravedad en el uso de la PSU se deriva de que el Estado la ha utilizado para establecer políticas públicas de ayudas estudiantiles, haciéndose aval de todas las deficiencias señaladas previamente y reforzándolas a través del uso reiterado de conceptos como merecimiento, mérito, talento y capacidad.
El hecho de que se esté analizando la posibilidad de utilizar el ranking de los estudiantes en sus colegios de origen es una buena iniciativa para efectos de políticas públicas, pero no así para efectos de selectividad absoluta de algunos proyectos universitarios. La inclusión de ensayos escritos adolece de problemas de homogeneidad de sus resultados y sesgos de corrección, según la experiencia de Estados Unidos. Por ello, si bien ambos temas van en la dirección correcta, es deber del Estado estudiarlos a fondo para evitar así cometer los errores que, es dicho por todos los actores, se cometieron con la PSU y que han pasado años sin remediarlos.
El tema de selectividad universal y la PSU debe revisarse de manera integral con una mirada de beneficio para el país. Lo que sí está claro es que a la fecha ha frustrado las expectativas de varias generaciones de estudiantes y familias, a la vez que ha beneficiado económicamente a los más favorecidos de la sociedad y a las instituciones que los reciben.
José Pedro Undurraga
Rector Universidad de las Américas
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PSU y el ministro Beyer
por Ernesto Treviño, Centro de Políticas Comparadas de Educación, UDP, La Tercera, 3 de enero 2012
AL INICIAR el 2012 veremos nuevamente el espectáculo de los resultados de la PSU, el primer evento público del sistema educativo que enfrentará el ministro Beyer. Estaremos inundados de información respecto de las graves disparidades educacionales que refleja esta prueba, ahora teñidas por el morbo de ver si los estudiantes de colegios en paro obtuvieron menores puntuaciones. Sin embargo, la entrega de resultados de la PSU y el proceso de admisión a la educación superior simboliza uno de los problemas más sentidos socialmente.
A la PSU se le considera causante de las desigualdades, pero los que tenemos un poco más de edad, recordamos cómo el reemplazo de la PAA por la PSU se defendió prometiendo que esta última sería una prueba más justa, porque mediría los contenidos de la educación media, en vez de medir las habilidades a las que apuntaba la PAA. Doble error. En primer lugar, las pruebas no son las responsables de las desigualdades, sino que éstas se generan en la interacción entre el sistema educativo y la sociedad. En segundo lugar, dejamos una prueba de habilidades cuando se generaba un consenso mundial sobre la necesidad de desarrollar competencias más amplias entre nuestros estudiantes.
Las respuestas a las desigualdades de acceso a la educación superior están marcadas por el sistema de admisión y los perversos incentivos que hacen de éste un mecanismo de reproducción social. Los estudiantes con mayores puntajes PSU son premiados con becas, las universidades que captan a estos postulantes reciben aportes fiscales, la admisión de jóvenes con altos puntajes se considera en la opinión pública como un símil abrigo de resquicios legales, obtienen lucro donde no está permitido. Sumado a lo anterior, la investigación educacional ha mostrado que el ranking de notas al egresar de la educación media es el mejor predictor del desempeño estudiantil en la universidad, y a su vez, es un indicador que permite igualar las oportunidades para los estudiantes más destacados de todas las clases sociales. Es hora de que la PSU pierda peso en la admisión universitaria y el otorgamiento de becas, créditos y recursos a las universidades. Para ello es necesario complementarla con el ranking de notas de egreso de la enseñanza media.
Reformar el proceso de admisión y la relevancia de la PSU para establecer incentivos económicos debiera ser uno de los primeros pasos para mejorar la equidad en la educación superior. Sin embargo, las desigualdades en el proceso de admisión a las universidades es un reflejo del segregado y desigual sistema escolar que tenemos. Es allí donde debemos hacer esfuerzos para cambiar la fórmula de financiamiento por asistencia, dotar de mayores recursos a las escuelas y generar capacidades de enseñanza.
El ministro Beyer ha mostrado una gran claridad respecto de los problemas de la educación. Esperemos que con ese bagaje pueda armar una agenda que le permita avanzar en el corto plazo con cambios que nivelen las oportunidades educacionales y, además, con transformaciones que sienten las bases para un sistema educativo que transite hacia etapas superiores de desarrollo e igualdad.


Veinte universidades utilizarán el ranking de notas como vía de ingreso complementaria

Alumnos de colegios municipales y subvencionados en sistema universitario crecerían en 20%.
por Eduardo Cabrera, La Tercera, 03.01.2012
Katherine Gatica era la mejor alumna de su generación en el Complejo Educacional Pedro Prado, de Lo Prado. Egresó en 2008 y su sueño era estudiar Enfermería, pero el puntaje no le alcanzó. Por ello, ingresó al Propedéutico de la Usach, donde hoy estudia Pedagogía en Química y Biología. “Sin el ingreso especial hubiera sido imposible estudiar, por plata y por puntaje”, afirma. Los padres de Katherine viven en el sur. Su papá gana el sueldo mínimo “haciendo de todo” y su madre es dueña de casa.
Eva Encina también fue la mejor de su curso, en el Liceo Municipal Alcalde Gonzalo Pérez Llona, de Maipú. Ello le permitió obtener la Beca de Excelencia Académica (BEA), beneficio que cubre el total o parte del arancel de una carrera profesional y que se le otorga al 5% de los mejores alumnos de colegios municipales y subvencionados. Rindió la PSU, pero no le alcanzó el puntaje.
Su padre es vendedor ambulante y su madre es dueña de casa, por lo que pagar los estudios superiores era imposible. Además, vive de allegada. Sin embargo, por estar dentro del ranking de mejores notas de enseñanza media de su curso, Eva fue invitada al Propedéutico de la Universidad Católica Silva Henríquez. “Vi en esa oportunidad la única forma de llegar a la universidad, porque si bien era la mejor del curso, sabía que la preparación para la PSU no fue la mejor y que me iría mal”, señala Eva.
Como ellas, en 2010, cerca de 14 mil alumnos cumplían con los requisitos para obtener la Beca de Excelencia Académica. Sin embargo, sólo el 34% ingresó a la universidad. ¿La razón? Los puntajes PSU no alcanzaron el mínimo exigido para la carrera a la que postularon.
El panorama comienza a cambiar paulatinamente. Veinte universidades -incluyendo a 10 planteles privados- ofrecerán en el proceso de admisión 2012 ingresos complementarios a través de cupos especiales para estos alumnos y propedéuticos.
“Existen muchos jóvenes que, por no haber tenido la oportunidad de estar en un proyecto educativo de calidad, se ven impedidos de ingresar a la universidad, pues la PSU no da cuenta de sus reales capacidades”, dice Jorge Baeza, rector de la U. Católica Silva Henríquez, institución pionera en incorporar el ranking de notas y que invitó, en los últimos meses, a más planteles a sumarse.
Desde que en 2007 la Usach instaló su Propedéutico (un programa destinado a nivelar a los estudiantes talentosos de bajos recursos para que entren y permanezcan en la universidad), el sistema ha ido ganando adeptos.
Las universidades de Chile y Católica aumentarán sus cupos especiales para estos alumnos en 55% y 71%, respectivamente. La primera ofrecerá 131 cupos; la segunda, 154. Para 2012 se agregarán, además, otras seis universidades privadas, que abrirán, por primera vez, cupos especiales o propedéuticos. Se suma el impulso que tendrán estos últimos programas con las becas consideradas en el Presupuesto 2012.
Las universidades estiman que el número de estudiantes de colegios municipales y subvencionados que accede a la educación superior podría aumentar entre 15% y 20%.
Buen predictor
Estudios señalan que el ranking de notas es tan buen predictor del rendimiento en la universidad como la PSU. Además, para los planteles es derechamente una medida de equidad.
La U. de Chile, por ejemplo, tiene como meta que en 2015, el 20% de su matrícula de primer año sean alumnos en condiciones de vulnerabilidad y que ingresen por vías complementarias. Para este proceso de admisión ofrecerán, en total, 131 cupos para buenos estudiantes de colegios públicos que provengan del 40% más pobre. Caso similar es el de la Universidad Católica. Este año incrementará en 71% los cupos supernumerarios destinados a estudiantes que tienen las mejores notas en enseñanza media, pero les faltaron puntos en la PSU para superar el puntaje de corte de la carrera a la que postularon.
El año pasado, el plantel ofreció 90 vacantes y para este año los cupos suben a 154.
“La PSU no es el mejor predictor de rendimiento. Por eso estamos implementando este plan, que beneficia a los alumnos talentosos que pertenecen a los quintiles más bajos”, señala Luis Cifuentes, director de Responsabilidad Social de la UC.
En la U. Católica Silva Henríquez, el número de estudiantes que proviene de colegios municipales y particulares subvencionados, y que por vía de la PSU no tenían posibilidades de ingresar a la universidad, aumentó de 18% a casi un tercio. Este plantel es el que otorga máxima ponderación al ranking de notas (lugar que el alumno ocupa dentro de su promoción de acuerdo con sus calificaciones), con un 50%. El resto de la ponderación se promedia entre el puntaje en la PSU y el puntaje NEM.
También ha sido exitoso el caso de la Universidad Católica de Valparaíso, que para 2012 mantendrá los 250 cupos para alumnos que no cuentan con el puntaje PSU requerido. Durante las primeras semanas de clases, ellos serán nivelados y luego podrán optar a la carrera que estimen conveniente.

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