Treinta Premios Nacionales opinan sobre la educación chilena
Julio 4, 2018

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por  22 junio, 2018

El sociólogo Tomás Moulián, el poeta Raúl Zurita, la astrónoma María Teresa Ruiza y el actor Héctor Noguera son parte de “#CalidadEs, en la voz de nuestros Premios Nacionales”, un texto de la Agencia de Calidad del Mineduc. Destacaron la importancia del rol del docente y de las artes.

¿Qué es una educación de calidad? Esa es la pregunta que intentan responder 30 Premios Nacionales en un libro que ha publicado del Ministerio de Educación de Chile.

“#CalidadEs, en la voz de nuestros Premios Nacionales”, un texto de la Agencia de Calidad, cuenta entre otros con las voces de Tomás Moulián, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2015, Ligia Gargallo, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2014 y Mario Leyton, Premio Nacional de Educación 2009.

“La calidad en la educación es, entre otras cosas, un colegio donde incentiven a sus alumnos a reflexionar sobre temas importantes y donde los profesores estimulen a escribir”, comenta el sociólogo Moulian en el texto. “Eso me ocurrió a mí en el Liceo Coeducacional Thomas Jefferson, donde tuve como profesor a Juan Rivano, a quien le debo lo que soy en materia profesional e intelectual.

Compendio valioso

Para la Agencia, el libro es “una oportunidad para conocer de cerca a un grupo de chilenos destacados, que desde sus distintas disciplinas han aportado a construir un mejor Chile y que desde luego, pasaron por distintas escuelas de nuestro país”, en palabras de su secretario ejecutivo, Carlos Henríquez.

“Son testimonios vivos de un Chile que se mira, proyectando su futuro y también valorando su historia, con identidad”, afirma.

“Este es un compendio valioso que nos recuerda que cada colegio es más que sus instalaciones, sino la suma de los sueños de toda una comunidad, que siembra el presente de todos nuestros estudiantes que hoy anhelan con un país con mayores oportunidades y bienestar para todos”.

Genios y pasión docente

El poeta Raúl Zurita, Premio Nacional de Literatura 2000, cree que todos los niños que llegan al jardín infantil son genios “y se trata de que mantengan esa genialidad”, además de resaltar la importancia de la pasión docente.

“Para ello, es fundamental una educación en la creatividad, en la solidaridad, en el amor y en el compromiso y se logra con docentes que aman lo que hacen. Desde el amor por lo que se hace se puede estimular incluso a los menos dotados para ciertas asignaturas y lograr buenos resultados”.

“Es imposible que haya una enseñanza de calidad si el que la transmite no está entusiasmado con lo que hace. Es un trabajo de pasión, para enseñar hay que amar profundamente lo que se está haciendo. Es la base de todo”.

Impacto mayor

En ese mismo sentido se manifiesta el biólogo Bernabé Santelices (Ciencias Naturales 2012). “Siempre hay algún profesor que hace un impacto mayor que otros sobre el estudiante. Por eso mucha de la gente que se dedica a trabajar o que continúa con otros estudios siempre recuerda que hubo alguien que lo impactó, que le orientó las inquietudes y los deseos”.

“Hay una comunicación mucho más rica y una conexión mayor entre el estudiante y el mentor. Eso sucedió en mi carrera con un par de personas que jugaron roles muy efectivos de estimulación en distintos momentos de mi formación. A mí me impactaron aquellos cuya capacidad de racionalizar y sacar conclusiones me motivaron a seguir mi carrera y continuar por ese trayecto”.

A Alejandro Sieveking (Artes de la Representación y Audiovisuales 2017), en ese sentido, le tocó una época “afortunada”.

“Yo, desgraciadamente, tuve algunos malos profesores, que eran muy anticuados, pero había otros que tenían una vocación, una pasión por enseñar y eso se transmitía: uno era muy buen alumno de sus clases y mal alumno de los malos profesores”.

La importancia de las artes

El dramaturgo, autor de clásicos como “Ánimas de día claro”, destacó también la importancia de las artes.

“Actualmente, falta más música, dibujo, que son fundamentales para la gente de hoy en día”, asegura. “El dibujo incentiva una cantidad de profesionales distintos como ingenieros, arquitectos y toda la gente de las artes, toda la rama que se nutre de los ramos artísticos que están casi ausentes en el presente”.

“Una educación de calidad debe tener estas asignaturas y darles la importancia que se merecen”, aseguró.

“No hay niño que no dibuje, no hay niño que no cante y baile ni niño que no actúe imitando a sus mayores”, coincide el reconocido actor Héctor Noguera (Artes de la Representación y Audiovisuales 2015).

“Todos ellos investigan lo que les circunda y se preocupan de las relaciones humanas. Hoy en día, todas las disciplinas deben estar interrelacionadas, la educación debe ser integral, no parcializada ni competitiva”.

La propia experiencia

Varios premios nacionales además cuentan sus propias experiencias de vida en el texto, como el historiador Iván Núñez (Ciencias de la Educación 2015) y la astrónoma María Teresa Ruiz (Ciencias Exactas 1997).

El primero, por ejemplo, tuvo su primera formación la tuve en una escuela primaria pública para hijos de obreros y campesinos, atendidos
por normalistas, aunque sólo él continuó sus estudios en un liceo santiaguino.

“Mis compañeros pertenecían a hogares de clase media y ya estaban socializados en valores democráticos”, recuerda. “Aprendí mucho de ellos, sus familias y nuestros profesores”.

Allí se acostumbró a la autodisciplina, con poca clase expositiva. “No usábamos los textos oficiales, no memorizábamos ni teníamos los exámenes de fin de año, pero aprendíamos. Sumando y restando: fui feliz en mi liceo público y gratuito”.

Ruiz, en cambio, lo pasó mal en sus primeros años de básica, “porque estuve en un colegio inglés y ni yo ni mis padres sabíamos el idioma”.

“Solo le reconozco la resiliencia que desarrolló en mí, porque sufrí mucho y me trataron de tonta”, dice hoy. “Después, me fui al Liceo 7 y la cosa cambió, tuve buenos profesores y les reconozco todos los méritos a ellos, porque eran geniales. No solo me enseñaron las materias, sino que me dieron seguridad en mí misma y me apreciaron por mis cualidades”.

El libro además entrega los testimonios de los premios nacionales Beatrice Ávalos (Ciencias de la Educación 2013), Carmen Luisa Letelier (Artes Musicales 2010), Faride Zerán (Periodismo 2007), Abraham Magendzo (Ciencias de la Educación 2017), Elizabeth Lira (Humanidades y Ciencias Sociales 2017), Federico Assler (Artes Plásticas 2009), María Olivia Mönckeberg (Periodismo 2009), Manuel Silva (Literatura 2016), Erika Himmel (Ciencias de la Educación 2011), Gabriel Salazar (Historia 2006), Carla Cordua (Humanidades y Ciencias Sociales 2011), Vicente Bianchi (Artes Musicales 2016), María Cecilia Hidalgo (Ciencias Naturales 2006), Ernesto Schiefelbein (Ciencias de la Educación 2007), Guido Garay (Ciencias Exactas 2017), Paz Errázuriz (Artes Plásticas 2017), Horacio Croxatto (Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2016), Sonia Montecino (Humanidades y Ciencias Sociales 2013), Mario Leyton (Ciencias de la Educación 2009), Ligia Gargallo (Ciencias Naturales 2014), Antonio Skármeta (Literatura 2014), Francisco Rothhammer (Ciencias Naturales 2016) y Alberto Gamboa (Periodismo 2017).

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